El trámite de una sucesión es único y universal. Esto significa que comprende la totalidad de los bienes de la persona fallecida (causante) y se dirige a todos los que puedan tener algún interés en dicho patrimonio: herederos, legatarios, acreedores y deudores del causante y el Estado. Por ello, no se tramita el juicio sólo con relación a un bien.